Analizando la derrota

No, no hablo de fútbol. Las derrotas de los equipos españoles más representativos a nivel internacional no son el motivo para escribir estas líneas.
Seguro que unos cuantos hubieran deseado la victoria futbolística de unos y otros para que el personal se olvidará por unos días de «la otra derrota». Pero no, esta vez no ha sido posible y los datos que nos ofrece hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE), nos golpean con crueldad y estallan en mitad de la plaza en la que nos manifestamos una gran mayoría aunque sea de forma metafórica.
Los comentarios en redes sociales se agolpan y la indignación y el desasosiego crecen de forma inexorable. Los desempleados/as hacen cola en las oficinas de empleo, donde hay menos personal y menos recursos para poder ayudarlos y los empleados, se aferran a su empleo, con una capacidad adquisitiva minúscula y con el agua al cuello, no dejando de pagar (para no tener un problema más serio) pero asumiendo que el desastre le sumergirá más pronto que tarde en ese naufragio en el que se ha convertido este país: España.
6.202.700 (27,16 %) esta es la cifra de desempleados/as en España para el primer trimestre del año 2013 que nos arroja (como un guantazo) la Encuesta de Población Activa (EPA). Cifra histórica y obviamente pésima. El gobierno lo reconoce….bien, seguimos esperando algo más que palabras. Muchos ya no esperan y se han marchado de su país (y no por «movilidad exterior» como afirma nuestra Ministra de Empleo Fátima Báñez como si dependiera de nuestro afán de aventura…,) sino porque no tienen oportunidades. Yo siempre he creído en la «movilidad exterior» como una opción, no como la única opción, Señora Báñez.
La derrota es severa, pero ¿es merecida? En mi opinión, la población española no merece ni esta crueldad ni las formas utilizadas para ser derrotada. Y sí, estoy convencido de que hemos sido derrotados y no sólo deportivamente. Las encuestas en Alemania dicen que se confía poco o nada en España, que somos un país corrupto y débil. El 40% de los alemanes considera que somos poco trabajadores y aumentando…..que cada cual saque sus propias conclusiones. Ellos no tienen el problema del desempleo, tienen otros y parece ser que esos otros problemas son: España, Italia, Irlanda, Portugal, Grecia,…
En España trabajan hoy poco más de 16 millones de personas, insuficiente. Deberiamos de rondar los 20 millones y las soluciones a esta situación se dilatan. Europa y España han llegado al acuerdo de que primero hay que reducir el déficit, la deuda y para ello llegaron los planes de austeridad que han conseguido elevar las cifras de desempleados hasta las ya conocidas.
Un país que se desangra (y parece que a casi nadie le importa lo suficiente). Le importa «únicamente» a esos 22-23 millones de personas en situación de trabajar que o no pueden o ven peligrar su actual empleo. Entre ellos miles de familias que observan impotentes el drama de la pérdida de sus viviendas y todo lo que ello lleva aparejado.
Necesitamos alguna pequeña victoria, necesitamos un respiro, un rayo de esperanza y un clavo al que aferrarnos. Sentir que somos útiles, que somos demandados, que lo vivido no fue un sueño y que asumiendo las dificultades vamos a seguir adelante. Mucho depende de nosotros, de nuestro tesón, de nuestro esfuerzo. Pero otra parte importante les corresponde a otros, que deberían de olvidarse de las cifras para bajar a la arena y descubrir el drama que existe tras cada nueva situación de desempleo. Son a ellos los que les corresponde tomar las medidas necesarias para que esto pare de una vez por todas. 27 de cada 100 personas en España están en el paro, en muchas zonas de nuestra geografía estas cifras son mucho mayores. Sectores productivos agotados, empresas que cierran y sin regeneración de industrias que puedan competir y a la vez apoyar la creación de empleo.
Estamos ante un drama que ya no es una amenaza de futuro, es una realidad actual que evoluciona hacia algo mucho peor. Mi ánimo no es catástrofista, nunca lo ha sido, pero hoy no puedo ser optimista (lo intento y no lo consigo), no tengo motivos.
Continúo con la esperanza que me queda….es una derrota sí, pero confío en que sólo se trate de una batalla. La guerra continúa, ahí estamos.